Valor animal, Dignidad Humana

El tema sobre la dignidad y los derechos de los animales ha ido cobrando pujanza fundamentalmente a partir de la aparición del Proyecto Gran Simio (PGS) que aparece como tal en 1993 a raíz de los estudios de un grupo de primatólogos, psicólogos, filósofos… empeñados en extender el campo de la moral y el derecho también a todos los grandes simios (chimpancés, gorilas, bonobos, orangutanes…)

Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia, ha publicado recientemente un libro que lleva por título: "Las fronteras de la persona. El valor de los animales, la dignidad de los humanos", en el que uno por uno va analizando los pros y contras de todos aquellos planteamientos animalistas que afirman o niegan la posibilidad de hablar de los derechos de los animales en base a tradiciones como la Contractualista, el Utilitarismo de Singer, el enfoque de las Capacidades de Martha C. Nussbaum, Teorías del Valor Inherente de Tom Regan o teorías del deber indirecto en base al Deontologísmo kantiano…

En este libro Adela Cortina sale en la defensa del valor de todos los seres pero entendiendo que la Dignidad es un concepto exclusivo del ser humano, y siendo esa Dignidad la que constituye el fundamento de los Derechos Humanos.

 

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1 respuesta a Valor animal, Dignidad Humana

  1. Rawandi dijo:

    ‘El especismo de Cortina’

    Segín Adela Cortina, el «conceder un derecho» a los miembros de especies distintas de la nuestra no pasa de ser una «cosa que podría hacerse o no», en cambio «los derechos humanos no se conceden, sino que deben reconocerse [pues] son anteriores a las volutades de los legisladores» (El Paí­s, 29 julio 2010).

    En la argumentación de esta filósofa especista (‘especismo’ es, respecto a la especie, lo mismo que ‘sexismo’ respecto al sexo) detecto dos puntos flacos:

    1º Contrapone las expresiones «conceder un derecho» y «reconocer un derecho», presuponiendo injustificadamente que la primera expresión no mantiene ví­nculos directos con ninguna obligación moral importante.

    Y 2º. La misteriosa afirmación de que los derechos humanos, a diferencia de los derechos de loa animales no humanos, «son anteriores» a la voluntad de los legisladores resulta en extremo inverosí­mil aun cuando nos esforcemos en no interpretarla como una alusión a los imaginarios dictados eternos del agente invisible llamado «Dios».

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